Los días 28 y 29 de marzo, el alumnado de 3º de ESO del IES Salvador Victoria viajó al pueblo de Artieda. Dos jornadas en las que tuvimos la oportunidad de acceder a soluciones de éxito que desde la propia comunidad se han implantado frente al drama de la despoblación.El objetivo del viaje era conocer Empenta Artieda, un proyecto de Investigación-Acción Participativa que trata de dar soluciones, desde el municipalismo y una metodología horizontal y participativa, al problema de la despoblación que afecta a todo el medio rural y que ha sido motor de varias iniciativas tras un diagnóstico minucioso de las necesidades existentes. A partir de dinámicas en las que el propio alumnado consensuó posibles alternativas, nos aproximamos a aquellas que ya están funcionando. Es el caso de Cima Norte una plataforma multimedia cuyo fin es acercar el entorno y cultura pirenaicos, al turismo y a quienes viven en él, desde una perspectiva respetuosa con el medio ambiente.
La segunda es Senderos de Teja, empresa social recientemente reconocida con el premio al emprendimiento social en Aragón por su programa «Envejece en tu pueblo» y que desarrolla conjuntamente con los ayuntamientos de Salvatierra de Esca, Sigüés, Mianos y Artieda. Dan respuesta a la atención a las personas mayores en núcleos con menos de 200 habitantes, alejados de cabecera de comarca y con un alto índice en envejecimiento.
También tuvimos la oportunidad de conocer oficios antiguos ya perdidos en nuestros territorios, como la realización de tejas por cuadrillas itinerantes en hornos situados en el monte. Participamos en la cena popular que todos los jueves se realiza en la Tabierna del pueblo, así como pudimos disfrutar de su centro joven.
Durante el viernes visitamos las obras de recrecimiento del pantano de Yesa con gran afección a los pueblos de la zona, así como a Tiermas, ejemplo de municipio expropiado por su construcción en el que pudimos contemplar ruinas arquitectónicas de gran valor como la iglesia de estilo gótico (siglos XIV y XVIII).
Un viaje en el que nos hemos hecho más conscientes, si cabe, de la necesidad de dar vida a nuestros pueblos sin perder de vista un desarrollo sostenible y de la importancia de reforzar la vida en comunidad.
Queremos agradecer la amabilidad y calor de las gentes de Artieda, así como su generosidad al compartir sus saberes. Sin duda, un viaje inolvidable.